sábado, mayo 15, 2004

Hermann Hesse

"Peter Camenzind"
Hermann Hesse

... Era tenido por tonto y casi por anormal el creer en Dios, pero en cambio se creía en muchos maestros y en muchos nombres: en Shopenhauer, Buda, en Zaratrusta y muchos otros. Existían poetas jóvenes y desconocidos capaces de unirse en solemnes devociones ante estatuas y pinturas. Se permanecía largo rato postrado ante el Zeus de Oticoli. Había ascetas que se atormentaban con la continencia y cuyo Dios se llamaba Buda o Tolstoi y artistas que se estimulaban a sí mismos por medios artificiales y hablaban de la independencia de las líneas musicales y de los acordes del color. Estaban siempre al acecho de la "nota personal", que para lo mas no era mas que un pequeño y discreto artista de locura o excentricidad y se reforzaban por marcarla a todas horas y en todos los momentos. En el fondo, toda aquella comedia era para mi divertida y risible, pero algunas veces me paraba a pensar con horror cuantos anhelos serios y verdaderas fuerzas anímicas se perdían y consumían en toda aquella ridícula afectación."