El libro de Gombrich “La imagen y el ojo” resultó ser bueno pero no excelente, es una gran picoteo entorno a la imagen pero sin un orden. Da muy buenas relaciones pero siempre frías, mentales, históricas.
Volví a tomar a Bachelard “La Poética del Espacio” pero sólo para releer la introducción. Saqué algunas cosas interesantes:
“Hay que estar en el presente, en el presente de la imagen, en el minuto de la imagen: si hay una filosofía de la poesía, esta filosofía debe nacer y renacer con el motivo de un verso dominante, en la adhesión total a una imagen aislada, y precisamente en el éxtasis mismo de la novedad de la imagen.”
Claro que aquí habla de la imagen poética pero se puede tomar como imagen pictórica también. Mucho se trata de que la imagen tenga una contenido, una historia pero eso va intrínseco en la imagen, la imagen tiene que ser el presente, el instante siempre y volverse atemporal.
“La imagen poética no esta sometida a un impulso. No es el eco de un pasado. Es mas bien lo contrario: en el resplandor de una imagen, resuenan los ecos del pasado lejano, sin que se vea hasta que profundidad va a repercutir y extinguirse”
Sobre la Pintura dice:
“En resumen, en cuanto un arte se hace autónomo, toma un nuevo punto de partida. Entonces interesa considerar esta partida en el espíritu de una fenomenología. Por principio, la fenomenología liquida un pasado y se enfrenta con la novedad. Incluso en un arte como la pintura, que lleva el testimonio de un oficio, los grandes éxitos son ajenos al oficio. Jean Lescure, estudiando la obra del pintor Lapicque escribe: Aunque su obra testimonia una gran cultura y un conocimiento de todas las expresiones dinámicas del espacio, no las aplica, no las convierte en recetas… es preciso pues, que el saber vaya acompañado por un olvido igual del saber mismo. El no-saber no es una ignorancia sino un difícil acto de superación del conocimiento. Solo a este precio una obra es, a cada instante, esa especie de comienzo puro que hace de su creación un ejercicio de libertad.”
Empecé, aunque de manera desordenada, a leer a Foucault “las palabras y las cosas”. La primera parte del libro es sobre las Meninas, el cuadro de Velázquez. Hasta lo que llevo es exquisito porque no olvida anotar ningún detalle, no da nada por sabido y esa forma de descripción hace que hay mayor riqueza para formar lazos, la imaginación tiene mas herramientas para especular y proponer y así lo hace, hasta ahora.