lunes, diciembre 02, 2002

Combate

'El arte es un combate;
en el arte es necesario
jugarse hasta la piel.
Se trata de trabajar
como varios negros:
Preferiría no decir nada
antes que expresarme debilmente.'
Millet.

lunes, julio 01, 2002

La imagen y el ojo

El libro de Gombrich “La imagen y el ojo” resultó ser bueno pero no excelente, es una gran picoteo entorno a la imagen pero sin un orden. Da muy buenas relaciones pero siempre frías, mentales, históricas.
Volví a tomar a Bachelard “La Poética del Espacio” pero sólo para releer la introducción. Saqué algunas cosas interesantes:

“Hay que estar en el presente, en el presente de la imagen, en el minuto de la imagen: si hay una filosofía de la poesía, esta filosofía debe nacer y renacer con el motivo de un verso dominante, en la adhesión total a una imagen aislada, y precisamente en el éxtasis mismo de la novedad de la imagen.”

Claro que aquí habla de la imagen poética pero se puede tomar como imagen pictórica también. Mucho se trata de que la imagen tenga una contenido, una historia pero eso va intrínseco en la imagen, la imagen tiene que ser el presente, el instante siempre y volverse atemporal.

“La imagen poética no esta sometida a un impulso. No es el eco de un pasado. Es mas bien lo contrario: en el resplandor de una imagen, resuenan los ecos del pasado lejano, sin que se vea hasta que profundidad va a repercutir y extinguirse”

Sobre la Pintura dice:

“En resumen, en cuanto un arte se hace autónomo, toma un nuevo punto de partida. Entonces interesa considerar esta partida en el espíritu de una fenomenología. Por principio, la fenomenología liquida un pasado y se enfrenta con la novedad. Incluso en un arte como la pintura, que lleva el testimonio de un oficio, los grandes éxitos son ajenos al oficio. Jean Lescure, estudiando la obra del pintor Lapicque escribe: Aunque su obra testimonia una gran cultura y un conocimiento de todas las expresiones dinámicas del espacio, no las aplica, no las convierte en recetas… es preciso pues, que el saber vaya acompañado por un olvido igual del saber mismo. El no-saber no es una ignorancia sino un difícil acto de superación del conocimiento. Solo a este precio una obra es, a cada instante, esa especie de comienzo puro que hace de su creación un ejercicio de libertad.”

Empecé, aunque de manera desordenada, a leer a Foucault “las palabras y las cosas”. La primera parte del libro es sobre las Meninas, el cuadro de Velázquez. Hasta lo que llevo es exquisito porque no olvida anotar ningún detalle, no da nada por sabido y esa forma de descripción hace que hay mayor riqueza para formar lazos, la imaginación tiene mas herramientas para especular y proponer y así lo hace, hasta ahora.

sábado, marzo 16, 2002

Contra la Interpretación

Susan Sontag “Contra la interpretación” No es la devota de mis pensamientos, pero aqui saco algo interesante:

“Ninguno de nosotros podrá recuperar jamás aquella inocencia anterior a toda teoría, cuando el arte no se veía obligado a justificarse, cuando no se le preguntaba a la obra de arte qué decía, pues se sabía (o se creía saber) qué hacía. Desde ahora hasta el final de toda conciencia, tendremos que cargar con la tarea de defender el arte. Sólo podremos discutir sobre este u otro medio de defensa. Es más: tenemos el deber de desechar cualquier medio de defensa y justificación del arte que resulte particularmente obtuso, o costoso, o insensible a las necesidades y alas practicas contemporáneas.
Este es el caso, hoy, de la idea misma de contenido. Prescindiendo de lo que haya podido ser en el pasado, la idea de contenido es hoy sobretodo un obstáculo, un fastidio, un sutil, o no tan sutil, filiteísmo.
Aunque pueda parecer que los progresos actuales en diversas artes nos alejan de la idea de que la obra de arte es primordialmente su contenido, esta idea continua disfrutando de una extraordinaria supremacía. Permítaseme sugerir que eso ocurre porque la idea se perpetúa ahora bajo el disfraz de una cierta manera de enfrentarse a las obras de arte, profundamente arraigada en la mayoría de las personas que consideran seriamente cualquiera de las artes. Y es que el abusar de la idea de contenido comporta un proyecto, perenne, nunca consumado, de interpretación.
Y a la inversa, es precisamente el hábito de acercarse a la obra de arte con la intención de interpretarla lo que sustenta la arbitraria suposición de que existe realmente algo asimilable a la idea de contenido de una obra de arte.”